El remedio uno lo busca. Uno siempre en la vida tiene que encontrar el remedio para sus males.
Tomé un frasco que se veía de buen tamaño, parecía nuevo y me llamó la atención. Lo llevé al mostrador y nuevamente compré un artículo en “La Tienda del Olvido”. La etiqueta decía: “Felicidad Artificial”, era azul el frasco, y casi no pesaba. “este remedio le dará la felicidad que le hace falta desde aquel momento”. Yo feliz con mi frasco abandoné aquel lugar. Volví a dejar atrás a la tienda del olvido. Me había comprado “Felicidad Artificial”.
Con los ojos húmedos, el corazón apachurrado, y las esperanzas en el suelo, abrí de forma veloz aquel frasco. Ya quería estar bien! , Ansiaba ser feliz! y poder disfrutar de nuevo de la vida! y… ….
…No había nada en el frasco más que una nota pequeña…
Soltó el frasco, sonriente caminó con mucha energía, y empezó a alejarse de aquella tienda… esperando no volverla a ver nunca mas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario